Una de las figuras más importantes de la Antigüedad es sin duda Alejandro Magno. Este rey de Macedonia que vivió en el siglo IV a.C. fue un gran conquistador así como una gran figura de la numismática. De hecho, mucho después de su muerte, se acuñaron monedas con su efigie.

La vida de Alejandro Magno

Nacido en el año 356 a.C., Alejandro era hijo de Filipo II de Macedonia. Recibió una buena educación, destaca especialmente su maestro, el famoso filósofo griego Aristóteles. Tras el asesinato de su padre en el 336 a.C., subió al trono. El objetivo de su reinado será aumentar el territorio del que es soberano. Así, en 12 años, se anexionó sucesivamente Anatolia, Líbano, Egipto, Persia e India, convirtiendo su reino en uno de los más grandes de todos los tiempos. Murió en Babilonia a la edad de 32 años y le concedieron el estatus divino a su muerte.

Monedas bajo el reinado de Alejandro.

En 12 años de reinado, Alejandro Magno hizo acuñar muchas monedas.

Su primera acuñación es, como la de su padre, en la efigie de Zeus.

Su segunda acuñación tuvo lugar tras la conquista de Persia en el 333 a.C. Cabe mencionar que cuando conquistó Persia, se hizo con nada menos que 300 toneladas de oro y 200 toneladas de plata. Produjo estatuas de oro, dracmas de plata, tetradracmas de plata y hemibolas de bronce. La particularidad de estas monedas es que circularon por todo el territorio conquistado por Alejandro Magno. Tanto es así que, en su momento, ¡hubo incluso falsificaciones! Se les llamaba de forma genérica «alejandros».

En la moneda más popular, el tetradracma de plata, encontramos el rostro de Heracles portando los restos del León de Nemea, el primero de sus 12 trabajos. En la otra cara de la moneda se representa a Zeus sentado en el trono con un águila en una mano y un cetro en la otra. Lleva la inscripción «de Alejandro».

Una efigie de la numismática post mortem

La muerte de Alejandro dio lugar a una nueva era en la numismática de su territorio. Esta se dividió y la gloria de Alejandro Magno fue explotada por ciertos líderes que se aprovecharon de ella para legitimarse gracias a las monedas con la efigie del soberano. Hasta el año 65 a.C. se acuñaron monedas con la efigie de Alejandro Magno. Las primeras monedas que llevan su retrato son las de plata de Egipto, que datan del año 328 a.C. Alejandro está representado allí como un Heracles que lleva una piel de elefante (en lugar del León de Nemea).

Posteriormente, se encuentra su rostro en Siria, hacia el año 300 a.C. en una serie de tetradracmas acuñados en Persépolis. Esta vez Alejandro Magno lleva un casco decorado con cuernos y orejas de toro. Unos años más tarde, le tocó a Tracia presentar una moneda con la efigie del soberano con una cabeza decorada con cuernos de carnero.

Así, varios decenas o incluso centenas de años después de su muerte, se acuñaron monedas con la efigie de Alejandro Magno.

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Escrito por Héloïse

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