En el ámbito de la cartofilia, la ilustración está muy cotizada, por eso, no es de extrañar que las postales coloreadas de antaño sigan llamando tanto la atención. En este artículo vamos a hablar de una serie muy conocida entre los cartófilos apasionados de la ilustración antigua: la serie Wiener Werkstätte.
La historia de la postal ilustrada se remonta a finales del siglo XIX. En aquella época, se desarrollaron nuevas técnicas de impresión como la litografía o la cromolitografía, posibilitando así la impresión de postales ilustradas en color en tiradas más amplias.
El Wiener Werkstätte (que se traduciría como «taller vienés») se fundó en 1903 y fue originariamente una asociación de responsabilidad ilimitada. Estaba encabezada por Josef Hoffmann y Koloman Moser. Pese a que la sección de postales se creó en 1907, las primeras postales se editarían en 1908. Así pues, entre 1908 y 1914, se emitieron cerca de 1000 postales diferentes que venían numeradas. Hoy en día, hay constancia de la existencia de una postal número 1012, aunque no se han encontrado las correspondientes a algunos números entre el 900 y el 1000.
Papeles y motivos
El papel empleado para la fabricación de las postales tiene su relevancia. Las postales de la 1 a la 999 están compuestas por tres capas de papel, dos finas (con las impresiones del dibujo y el reverso de la postal) y otra más gruesa en medio. A partir de la postal 1000, se imprimieron en papel Bristol.
Uno de los motivos más recurrentes es el cabaret Fledermaus. El espacio fue decorado por artistas que trabajaban en el Wiener Werkstätte en la misma época. Naturalmente, se convirtió en uno de los motivos preferidos para representar en postales relacionadas con la arquitectura, los espectáculos, la moda, etc.
De hecho, la moda fue una de las principales fuentes de inspiración para los artistas que ilustraban las postales Wiener Werkstätte. Entre los artistas más destacados figura Mela Köhler, que diseñó más de 90 postales relacionadas con esta temática. Al igual que ella, muchas otras mujeres formaron parte del plantel de artistas que imaginaron las postales Wiener Werkstätte. Pese a que, ciertamente, en la lista de autores de las postales figuran varios de los grandes nombres de la ilustración vienesa, cabe mencionar que muchas de las postales fueron diseñadas por artistas desconocidos o incluso alumnos de la escuela de artes decorativas.
La creación llega a su fin
Después de la guerra, el balance comercial de la sociedad registró resultados desastrosos. Como consecuencia, fue liquidada en 1932 y la serie de postales nunca volvió a retomarse.
Actualmente, estas postales son artículos muy apreciados y se venden en Delcampe a precios sorprendentes. Algunas pueden llegar a valer varios miles de euros.
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Artículo inspirado en un estudio de Marc Lefèbvre sobre este tema