No, no hablamos ni de un animal ni de una ventana, el Ojo de buey también es el nombre de un sello, y no de uno cualquiera. El Ojo de buey es el nombre que se le da a los primeros sellos de Brasil
El primer número del Ojo de buey data del 1 de agosto de 1843. Se puede reconocer por sus grandes números. Siguió a Reino Unido, Nueva York y Zúrich, pero precede a todos los demás países del mundo. La emisión incluye tres sellos de 30, 60 y 90 réis. Los de 30 réis permiten franquear una carta dentro de una ciudad, y los de 60 réis permiten que una carta circule entre las ciudades del país. Por último, los de 90 réis se utilizan para el franqueo internacional. Los tres valores se imprimieron juntos en tiras de 6 sellos. Una única placa contenía 18 ejemplares de cada valor.
Los sellos tienen forma cuadrada, no están dentados, y los números están dentro de un gran óvalo decorado, de ahí el nombre de «Ojo de buey». Este motivo se utilizó durante más de 20 años en Brasil. De hecho, el primer sello con una «cabeza coronada» data de 1866. Se trata de la efigie de Pedro II. Estos primeros sellos fueron sustituidos al año siguiente por una emisión de 7 valores diferentes. Por ello, no tuvieron mucha difusión y la mayoría de los sellos emitidos se destruyeron.
En consecuencia, estos sellos son muy poco comunes y una unidad en buen estado puede llegar a valer varios cientos de euros.
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